1 Reyes 22:25-35 Nueva Versión Internacional (NVI)

25. Micaías contestó:—Lo sabrás el día en que andes de escondite en escondite.

26. Entonces el rey de Israel ordenó:—Tomen a Micaías y llévenselo a Amón, el gobernador de la ciudad, y a Joás, mi hijo.

27. Díganles que les ordeno echar en la cárcel a ese tipo, y no darle más que pan y agua, hasta que yo regrese sin contratiempos.

28. Micaías manifestó:—Si regresas sin contratiempos, el Señor no ha hablado por medio de mí. ¡Tomen nota todos ustedes de lo que estoy diciendo!

29. El rey de Israel, y Josafat, rey de Judá, marcharon juntos contra Ramot de Galaad.

30. Allí el rey de Israel le dijo a Josafat: «Yo entraré a la batalla disfrazado, pero tú te pondrás tu ropaje real.» Así que el rey de Israel se disfrazó y entró al combate.

31. Pero el rey de Siria les había ordenado a sus treinta y dos capitanes de los carros de combate: «No luchen contra nadie, grande o pequeño, salvo contra el rey de Israel.»

32. Cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, pensaron: «Sin duda, éste es el rey de Israel.» Así que se volvieron para atacarlo; pero Josafat gritó.

33. Entonces los capitanes de los carros vieron que no era el rey de Israel, y dejaron de perseguirlo.

34. Sin embargo, alguien disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel entre las piezas de su armadura. El rey le ordenó al que conducía su carro: «Da la vuelta y sácame del campo de batalla, pues me han herido.»

35. Todo el día arreció la batalla, y al rey se le mantuvo de pie en su carro, frente a los sirios. Pero la sangre de su herida no dejaba de correr por el piso del carro, y esa misma tarde Acab murió.

1 Reyes 22