1 Reyes 1:11-26 Nueva Versión Internacional (NVI)

11. Por eso Natán le preguntó a Betsabé, la madre de Salomón: «¿Ya sabes que Adonías, el hijo de Jaguit, se ha proclamado rey a espaldas de nuestro señor David?

12. Pues si quieres salvar tu vida y la de tu hijo Salomón, déjame darte un consejo:

13. Ve a presentarte ante el rey David, y dile: “¿Acaso no le había jurado Su Majestad a esta servidora suya que mi hijo Salomón lo sucedería en el trono? ¿Cómo es que ahora el rey es Adonías?”

14. Mientras tú estés allí, hablando con el rey, yo entraré para confirmar tus palabras.»

15. Betsabé se dirigió entonces a la habitación del rey. Como éste ya era muy anciano, lo atendía Abisag la sunamita.

16. Al llegar Betsabé, se arrodilló ante el rey, y éste le preguntó:—¿Qué quieres?

17. —Mi señor juró por el Señor su Dios a esta servidora suya —contestó Betsabé—, que mi hijo Salomón sucedería en el trono a Su Majestad.

18. Pero ahora resulta que Adonías se ha proclamado rey a espaldas de Su Majestad.

19. Ha sacrificado una gran cantidad de toros, terneros engordados y ovejas, y ha invitado a todos los hijos del rey, al sacerdote Abiatar y a Joab, general del ejército; sin embargo, no invitó a Salomón, que es un fiel servidor de Su Majestad.

20. Mi señor y rey, todo Israel está a la expectativa y quiere que usted le diga quién lo sucederá en el trono.

21. De lo contrario, tan pronto como Su Majestad muera, mi hijo Salomón y yo seremos acusados de alta traición.

22. Mientras Betsabé hablaba con el rey, llegó el profeta Natán,

23. y el rey se enteró de su llegada. Entonces Natán se presentó ante el rey y, arrodillándose,

24. le dijo:—Mi señor y rey, ¿acaso ha decretado usted que Adonías lo suceda en el trono?

25. Pregunto esto porque él ha ido hoy a sacrificar una gran cantidad de toros, terneros engordados y ovejas. Además, ha invitado a todos los hijos de Su Majestad, a los comandantes del ejército y al sacerdote Abiatar, y allí están todos ellos comiendo y bebiendo, y gritando en su presencia: “¡Viva el rey Adonías!”

26. Sin embargo, no me invitó a mí, que estoy al servicio de Su Majestad, ni al sacerdote Sadoc, ni a Benaías hijo de Joyadá, ni a Salomón, que es un fiel servidor de Su Majestad.

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