21. No les escribo porque ignoren la verdad, sino porque la conocen y porque ninguna mentira procede de la verdad.
22. ¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.
23. Todo el que niega al Hijo no tiene al Padre; el que reconoce al Hijo tiene también al Padre.
24. Permanezca en ustedes lo que han oído desde el principio, y así ustedes permanecerán también en el Hijo y en el Padre.
25. Ésta es la promesa que él nos dio: la vida eterna.
26. Estas cosas les escribo acerca de los que procuran engañarlos.
27. En cuanto a ustedes, la unción que de él recibieron permanece en ustedes, y no necesitan que nadie les enseñe. Esa unción es auténtica —no es falsa— y les enseña todas las cosas. Permanezcan en él, tal y como él les enseñó.