41. Uno es el esplendor del sol, otro el de la luna y otro el de las estrellas. Cada estrella tiene su propio brillo.
42. Así sucederá también con la resurrección de los muertos. Lo que se siembra en corrupción, resucita en incorrupción;
43. lo que se siembra en oprobio, resucita en gloria; lo que se siembra en debilidad, resucita en poder;
44. se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual.Si hay un cuerpo natural, también hay un cuerpo espiritual.