11. pero las multitudes descubrieron adónde iba y lo siguieron. Jesús los recibió y les enseñó acerca del reino de Dios y sanó a los que estaban enfermos.
12. Al atardecer, los doce discípulos se le acercaron y le dijeron:—Despide a las multitudes para que puedan conseguir comida y encontrar alojamiento para la noche en las aldeas y granjas cercanas. En este lugar alejado no hay nada para comer.
13. Jesús les dijo:—Denles ustedes de comer.—Pero lo único que tenemos son cinco panes y dos pescados —le respondieron—. ¿O esperas que vayamos y compremos suficiente comida para toda esta gente?
14. Pues había alrededor de cinco mil hombres allí.Jesús les respondió:—Díganles que se sienten en grupos de unos cincuenta cada uno.
15. Entonces todos se sentaron.
16. Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, miró hacia el cielo y los bendijo. Luego, a medida que partía los panes en trozos, se los daba a sus discípulos junto con los pescados para que los distribuyeran entre la gente.
17. Todos comieron cuanto quisieron, y después los discípulos juntaron doce canastas con lo que sobró.
18. Cierto día, Jesús se alejó de las multitudes para orar a solas. Solo estaban con él sus discípulos, y les preguntó:—¿Quién dice la gente que soy?
19. —Bueno —contestaron—, algunos dicen Juan el Bautista, otros dicen Elías, y otros dicen que eres uno de los otros antiguos profetas, que volvió de la muerte.
20. Entonces les preguntó:—Y ustedes, ¿quién dicen que soy?Pedro contestó:—¡Tú eres el Mesías enviado por Dios!
21. Jesús les advirtió a sus discípulos que no dijeran a nadie quién era él.
22. —El Hijo del Hombre tendrá que sufrir muchas cosas terribles —les dijo—. Será rechazado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los maestros de la ley religiosa. Lo matarán, pero al tercer día resucitará.
23. Entonces dijo a la multitud: «Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su manera egoísta de vivir, tomar su cruz cada día y seguirme.
24. Si tratas de aferrarte a la vida, la perderás, pero si entregas tu vida por mi causa, la salvarás.
25. ¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero, pero te pierdes o destruyes a ti mismo?
26. Si alguien se avergüenza de mí y de mi mensaje, el Hijo del Hombre se avergonzará de esa persona cuando regrese en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos ángeles.
27. Les digo la verdad, algunos de los que están aquí ahora no morirán sin antes ver el reino de Dios».
28. Cerca de ocho días después, Jesús llevó a Pedro, a Juan y a Santiago a una montaña para orar.
29. Y mientras oraba, la apariencia de su rostro se transformó y su ropa se volvió blanca resplandeciente.
30. De repente aparecieron dos hombres, Moisés y Elías, y comenzaron a hablar con Jesús.