10. Cierto día de descanso, mientras Jesús enseñaba en la sinagoga,
11. vio a una mujer que estaba lisiada a causa de un espíritu maligno. Había estado encorvada durante dieciocho años y no podía ponerse derecha.
12. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: «Apreciada mujer, ¡estás sanada de tu enfermedad!».
13. Luego la tocó y, al instante, ella pudo enderezarse. ¡Cómo alabó ella al Señor!