Jueces 9:42-56 Nueva Traducción Viviente (NTV)

42. Al día siguiente, la gente de Siquem salió a los campos para pelear. Cuando Abimelec se enteró,

43. dividió a sus hombres en tres grupos y tendió una emboscada en los campos. Cuando vio que algunos hombres salían de la ciudad, él y su grupo saltaron de su escondite y los atacaron.

44. Abimelec y sus hombres tomaron por asalto la puerta de la ciudad para impedir que los de Siquem volvieran a entrar, mientras los otros dos grupos de Abimelec mataban a la gente en los campos.

45. La batalla duró todo el día, hasta que finalmente Abimelec tomó la ciudad. Entonces mató a los habitantes, redujo la ciudad a escombros y esparció sal por todo el suelo.

46. Cuando los ciudadanos prominentes que vivían en la torre de Siquem se enteraron de lo sucedido, corrieron a esconderse en el templo de Baal-berit.

47. Alguien le informó a Abimelec que los ciudadanos se habían juntado en el templo,

48. entonces él llevó a sus tropas al monte Salmón. Tomó un hacha, cortó ramas de un árbol y se las puso al hombro. «¡Rápido, hagan lo mismo que hice yo!», dijo a sus hombres.

49. Entonces, siguiendo el ejemplo de Abimelec, cada uno de ellos cortó ramas. Amontonaron las ramas contra las paredes del templo y les prendieron fuego. Así murieron todos los que vivían en la torre de Siquem, unas mil personas, tanto hombres como mujeres.

50. Luego Abimelec atacó la ciudad de Tebes y la tomó.

51. Pero había una torre fuerte dentro de la ciudad, y todos los habitantes, hombres y mujeres, corrieron a refugiarse allí. Se atrincheraron en su interior y subieron al techo de la torre.

52. Entonces Abimelec los siguió para atacar la torre; pero cuando se preparaba para prenderle fuego a la entrada,

53. desde el techo, una mujer tiró una piedra de molino, que cayó sobre la cabeza de Abimelec, y le partió el cráneo.

54. Enseguida él le dijo a su joven escudero: «¡Saca tu espada y mátame! ¡Que no se diga que una mujer mató a Abimelec!». Así que el joven lo atravesó con su espada, y él murió.

55. Cuando los hombres de Abimelec lo vieron muerto, se desbandaron y regresaron a sus casas.

56. De esa forma, Dios castigó a Abimelec por el mal que había hecho contra su padre al matar a sus setenta hermanos.

Jueces 9