Juan 6:52-68 Nueva Traducción Viviente (NTV)

52. Entonces la gente comenzó a discutir entre sí sobre lo que él quería decir. «¿Cómo puede este hombre darnos de comer su carne?», se preguntaban.

53. Por eso Jesús volvió a decir: «Les digo la verdad, a menos que coman la carne del Hijo del Hombre y beban su sangre, no podrán tener vida eterna en ustedes;

54. pero todo el que coma mi carne y beba mi sangre tendrá vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final.

55. Pues mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.

56. Todo el que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.

57. Yo vivo gracias al Padre viviente que me envió; de igual manera, todo el que se alimente de mí vivirá gracias a mí.

58. Yo soy el pan verdadero que descendió del cielo. El que coma de este pan no morirá —como les pasó a sus antepasados a pesar de haber comido el maná— sino que vivirá para siempre».

59. Jesús dijo esas cosas mientras enseñaba en la sinagoga de Capernaúm.

60. Muchos de sus discípulos decían: «Esto es muy difícil de entender. ¿Cómo puede alguien aceptarlo?».

61. Jesús estaba consciente de que sus discípulos se quejaban, así que les dijo: «¿Acaso esto los ofende?

62. ¿Qué pensarán, entonces, si ven al Hijo del Hombre ascender al cielo otra vez?

63. Solo el Espíritu da vida eterna; los esfuerzos humanos no logran nada. Las palabras que yo les he hablado son espíritu y son vida,

64. pero algunos de ustedes no me creen». (Pues Jesús sabía, desde un principio, quiénes eran los que no creían y también quién lo traicionaría).

65. Entonces les dijo: «Por eso dije que nadie puede venir a mí a menos que el Padre me lo entregue».

66. A partir de ese momento, muchos de sus discípulos se apartaron de él y lo abandonaron.

67. Entonces Jesús, mirando a los Doce, les preguntó:—¿Ustedes también van a marcharse?

68. Simón Pedro le contestó:—Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes las palabras que dan vida eterna.

Juan 6