52. Y no solo por esa nación, sino que también moriría para congregar y unir a todos los hijos de Dios dispersos por el mundo.
53. Así que, a partir de ese momento, los líderes judíos comenzaron a conspirar para matar a Jesús.
54. Como resultado, Jesús detuvo su ministerio público entre el pueblo y salió de Jerusalén. Fue a un lugar cercano al desierto, a la aldea de Efraín, y se quedó allí con sus discípulos.
55. Ya faltaba poco para la celebración de la Pascua judía, y mucha gente de todo el país llegó a Jerusalén varios días antes para participar en la ceremonia de purificación previa al comienzo de la Pascua.
56. Seguían buscando a Jesús, pero mientras estaban en el templo, se decían unos a otros: «¿Qué les parece? No vendrá para la Pascua, ¿verdad?».