44. Y el muerto salió de la tumba con las manos y los pies envueltos con vendas de entierro y la cabeza enrollada en un lienzo. Jesús les dijo: «¡Quítenle las vendas y déjenlo ir!».
45. Al ver lo que sucedió, muchos de los que estaban con María creyeron en Jesús;
46. pero otros fueron a ver a los fariseos para contarles lo que Jesús había hecho.
47. Entonces, los principales sacerdotes y los fariseos convocaron al Concilio Supremo. «¿Qué vamos a hacer? —se preguntaron unos a otros—. Sin duda, ese hombre realiza muchas señales milagrosas.
48. Si lo dejamos seguir así, dentro de poco todos van a creer en él. Entonces, el ejército romano vendrá y destruirá tanto nuestro templo como nuestra nación».