22. Esto dice el Señor:«Se esparcirán cadáveres a través de los campos como montones de estiércol,como manojos de grano después de la cosecha.No quedará nadie para enterrarlos».
23. Esto dice el Señor:«No dejen que el sabio se jacte de su sabiduría,o el poderoso, de su poder,o el rico, de sus riquezas.
24. Pero los que desean jactarseque lo hagan solamente en esto:en conocerme verdaderamente y entender que yo soy el Señorquien demuestra amor inagotable,y trae justicia y rectitud a la tierra,y que me deleito en estas cosas.¡Yo, el Señor, he hablado!
25. »Se acerca la hora —dice el Señor—, cuando castigaré a todos los que están circuncidados en el cuerpo pero no en espíritu:
26. a los egipcios, a los edomitas, a los amonitas, a los moabitas, a la gente que vive en el desierto en lugares remotos, y sí, aun a la gente de Judá. Igual que todas estas naciones paganas, el pueblo de Israel también tiene el corazón incircunciso».