Jeremías 49:14-26 Nueva Traducción Viviente (NTV)

14. He oído un mensaje del Señor.Se envió un embajador a las naciones para decir:«¡Formen una coalición contra Edom,y prepárense para la batalla!».

15. El Señor le dice a Edom:«Te haré pequeña entre las naciones;todos te despreciarán.

16. Has sido engañado por tu propio orgulloy por el temor que inspirabas en los demás.Vives en una fortaleza de piedray controlas las alturas de las montañas.Pero aun si haces tu nido con las águilas en las cumbres,te haré caer estrepitosamente»,dice el Señor.

17. «Edom será objeto de espanto;todo el que pase por ese lugar quedará horrorizadoy dará un grito de asombro por la destrucción que verá allí.

18. Será como la destrucción de Sodoma, Gomorray sus ciudades vecinas —dice el Señor—.Nadie vivirá allí;nadie la habitará.

19. Vendré como un león que sale de los matorrales del Jordány atacaré a las ovejas en los pastos.Echaré a Edom de su tierra,y nombraré al líder que yo escoja.Pues, ¿quién es como yo y quién puede desafiarme?¿Qué gobernante puede oponerse a mi voluntad?».

20. Escuchen los planes que tiene el Señor contra Edomy contra la gente de Temán.Aun sus hijos pequeños serán arrastrados como ovejasy sus casas serán destruidas.

21. La tierra temblará con el ruido de la caída de Edomy su grito de desesperación se oirá hasta el mar Rojo.

22. ¡Mira! El enemigo cae en picada como un águila,desplegando sus alas sobre Bosra.Aun los guerreros más poderosos estarán en agoníacomo mujer en trabajo de parto.

23. Este es el mensaje que se dio acerca de Damasco. Esto dice el Señor:«El temor se apoderó de las ciudades de Hamat y Arfadporque oyeron los anuncios de su propia destrucción.El corazón de ellos está agitadocomo el mar cuando hay una tormenta furiosa.

24. Damasco se volvió débil,y toda la gente trató de huir.El miedo, la angustia y el dolor se han apoderado de ellacomo a una mujer en trabajo de parto.

25. ¡Esa ciudad famosa, ciudad de alegría,será abandonada!

26. Sus jóvenes caerán en las calles y morirán.Todos sus soldados serán matados—dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—,

Jeremías 49