1. «¡Oh, Israel! —dice el Señor—,si quisieras, podrías volver a mí.Podrías desechar tus ídolos detestablesy no alejarte nunca más.
2. Después, cuando jures por mi nombre diciendo:“Tan cierto como que el Señor vive”,lo podrías hacercon verdad, justicia y rectitud.Entonces serías una bendición a las naciones del mundo,y todos los pueblos vendrían y alabarían mi nombre».
3. Esto dice el Señor a la gente de Judá y de Jerusalén:«¡Pasen el arado por el terreno endurecido de sus corazones!No desperdicien la buena semilla entre los espinos.