5. —¿Quién eres, señor? —preguntó Saulo.—Yo soy Jesús, ¡a quien tú persigues! —contestó la voz—.
6. Ahora levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer.
7. Los hombres que estaban con Saulo se quedaron mudos, porque oían el sonido de una voz, ¡pero no veían a nadie!