28. y ahora venía de regreso. Sentado en su carruaje, leía en voz alta el libro del profeta Isaías.
29. El Espíritu Santo le dijo a Felipe: «Acércate y camina junto al carruaje».
30. Felipe se acercó corriendo y oyó que el hombre leía al profeta Isaías. Felipe le preguntó:—¿Entiendes lo que estás leyendo?