Génesis 27:25-38 Nueva Traducción Viviente (NTV)

25. Entonces Isaac dijo:—Ahora, hijo mío, tráeme lo que cazaste. Primero comeré y después te daré mi bendición.Entonces Jacob llevó la comida a su padre, e Isaac la comió. También bebió el vino que Jacob le sirvió.

26. Luego Isaac le dijo a Jacob:—Acércate un poco más y dame un beso, hijo mío.

27. Así que Jacob se le acercó y le dio un beso. Entonces Isaac, al sentir el olor de la ropa, finalmente se convenció y bendijo a su hijo diciendo:—¡Ah! ¡El olor de mi hijo es como el olor del campo, que el Señor ha bendecido!

28. «Del rocío de los cielosy la riqueza de la tierra,que Dios te conceda siempre abundantes cosechas de granoy vino nuevo en cantidad.

29. Que muchas naciones sean tus servidorasy se inclinen ante ti.Que seas el amo de tus hermanos,y que los hijos de tu madre se inclinen ante ti.Todos los que te maldigan serán malditos,y todos los que te bendigan serán bendecidos».

30. En cuanto Isaac terminó de bendecir a Jacob y casi antes de que Jacob saliera de la presencia de su padre, Esaú regresó de cazar.

31. Preparó una comida deliciosa y se la llevó a su padre. Entonces dijo:—Levántate, padre mío, y come de lo que he cazado, para que puedas darme tu bendición.

32. Pero Isaac le preguntó:—¿Quién eres tú?—Soy tu hijo, tu hijo mayor, Esaú —contestó.

33. Isaac comenzó a temblar de manera incontrolable y dijo:—¿Entonces quién me acaba de servir lo que cazó? Ya he comido, y lo bendije a él poco antes de que llegaras, ¡y esa bendición quedará en pie!

34. Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, lanzó un grito fuerte y lleno de amargura.—Oh padre mío, ¿y yo? ¡Bendíceme también a mí! —le suplicó.

35. Pero Isaac le dijo:—Tu hermano estuvo aquí y me engañó. Él se ha llevado tu bendición.

36. —Con razón su nombre es Jacob —exclamó Esaú—, porque ahora ya me ha engañado dos veces. Primero tomó mis derechos del hijo mayor, y ahora me robó la bendición. ¿No has guardado ni una bendición para mí?

37. —He puesto a Jacob como tu amo —dijo Isaac a Esaú—, y he declarado que todos sus hermanos serán sus siervos. Le he garantizado abundancia de grano y de vino; ¿qué me queda para darte a ti, hijo mío?

38. —¿Pero acaso tienes una sola bendición? Oh padre mío, ¡bendíceme también a mí! —le rogó Esaú.Entonces Esaú perdió el control y se echó a llorar.

Génesis 27