27. Entonces Ezequías ordenó que pusieran la ofrenda quemada sobre el altar. Mientras se presentaba la ofrenda quemada, comenzaron los cánticos de alabanza al Señor, al son de las trompetas y de los demás instrumentos de David, rey anterior de Israel.
28. Toda la asamblea adoró al Señor mientras los cantores entonaban los cánticos y las trompetas sonaban, hasta que se terminaron todas las ofrendas quemadas.
29. Luego el rey y todos los que estaban con él se inclinaron en adoración.