17. pero Roboam siguió gobernando a los israelitas que vivían en las ciudades de Judá.
18. Luego el rey Roboam envió a Adoniram, quien estaba a cargo de los trabajadores, a restaurar el orden, pero el pueblo de Israel lo apedreó a muerte. Cuando el rey Roboam se enteró, enseguida subió a su carro de guerra y huyó a Jerusalén.
19. Hasta el día de hoy, las tribus del norte de Israel se han negado a ser gobernadas por un descendiente de David.