Lucas 2:25-31 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)

25. Había en Jerusalén un hombre que se llamaba Simeón. Este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo estaba sobre él.

26. Y por el Espíritu Santo se le había revelado que no vería la muerte sin antes ver al Cristo (al Mesías) del Señor.

27. Movido por el Espíritu fue al templo. Y cuando los padres del niño Jesús Lo trajeron para cumplir por El el rito de la Ley,

28. Simeón tomó al Niño en sus brazos, y bendijo a Dios diciendo:

29. "Ahora, Señor, permite que Tu siervo se vaya En paz, conforme a Tu palabra;

30. Porque mis ojos han visto Tu salvación

31. La cual has preparado en presencia de todos los pueblos;

Lucas 2