37. En el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz: "Si alguien tiene sed, que venga a Mí y beba.
38. El que cree en Mí, como ha dicho la Escritura: 'De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva.'"
39. Pero El decía esto del Espíritu, que los que habían creído en El habían de recibir; porque el Espíritu no había sido dado todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado.
40. Entonces algunos de la multitud, cuando oyeron estas palabras, decían: "Verdaderamente Este es el Profeta."
41. Otros decían: "Este es el Cristo (el Mesías)." Pero otros decían: "¿Acaso el Cristo ha de venir de Galilea?
42. ¿No ha dicho la Escritura que el Cristo viene de la descendencia de David, y de Belén (Casa del Pan), la aldea de donde era David?"