7. Ahora pues, levántese, salga y hable bondadosamente a sus siervos, porque juro por el Señor que si no sale, ciertamente ni un solo hombre pasará la noche con usted, y esto le será peor que todo el mal que ha venido sobre usted desde su juventud hasta ahora."
8. Entonces el rey se levantó y se sentó a la puerta. Y cuando avisaron a todo el pueblo, diciendo: "Miren, el rey está sentado a la puerta," entonces todo el pueblo vino delante del rey. Pero los de Israel habían huido, cada uno a su tienda.
9. Y todo el pueblo reñía en todas las tribus de Israel, diciendo: "El rey nos ha librado de mano de nuestros enemigos y nos ha salvado de mano de los Filisteos, pero ahora ha huido de la tierra por causa de Absalón.
10. Sin embargo, Absalón, a quien ungimos sobre nosotros, ha muerto en combate. Ahora pues, ¿por qué guardan silencio respecto a restaurar al rey?"
11. Entonces el rey David envió mensaje a los sacerdotes Sadoc y Abiatar y dijo: "Hablen a los ancianos de Judá, y díganles: '¿Por qué son los últimos en hacer volver al rey a su casa, ya que la palabra de todo Israel ha llegado al rey, a su casa?
12. Ustedes son mis hermanos; mi hueso y mi carne son. ¿Por qué, pues, son los últimos en hacer volver al rey?'