28. Lo amaré para siempre, y para siempre seré bondadoso con él; mi pacto con él no terminará jamás.
29. Siempre tendrá un heredero. Su trono será tan eterno como los días del cielo.
30. Si sus hijos se desvían de mis leyes y no viven de acuerdo a ellas;
31. si ellos no obedecen mis órdenes y no cumplen mis mandamientos;
32. entonces castigaré con vara su pecado y con azotes su desobediencia.
33. pero nunca lo dejaré de amar ni mis promesas le faltarán.
34. No, no romperé mi pacto; no me arrepentiré de ninguna de las palabras que dije.
35. Porque a David le juré, y yo que soy santo, no puedo mentir,
36. que su descendencia continuará para siempre y que su trono es tan seguro como lo es el sol.
37. Será tan eterno como la luna, fiel testigo mío en el cielo».