94. Tuyo soy; ¡sálvame, porque he procurado vivir de acuerdo a tus mandamientos!
95. Aunque los malvados se oculten por el camino para matarme, yo tranquilamente meditaré en tus decretos.
96. Aun la perfección tiene sus límites, pero tus mandamientos no tienen límites.
97. ¡Oh, cuánto amo tu ley! Pienso en ella todo el día.