9. Pues Cristo murió y resucitó precisamente para ser nuestro Señor mientras vivamos y cuando muramos.
10. Tú no tienes derecho a criticar a tu hermano ni a menospreciarlo. Recuerda que cada uno de nosotros tendrá que comparecer personalmente ante el tribunal de Cristo.
11. Porque está escrito:“Yo juro”, dice el Señor, “que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua reconocerá abiertamente a Dios”.
12. Sí, cada uno tendrá que dar cuentas a Dios de sus actos.