11. Porque la sabiduría vale mucho más que las piedras preciosas; nada se puede comparar con ella.
12. Yo, la sabiduría, habito con el buen juicio, y sé dónde encontrar discernimiento y conocimiento.
13. El que teme al SEÑOR aborrece el mal; yo aborrezco el orgullo y la arrogancia, la mala conducta y el hablar perverso.
14. Son míos el consejo y el sentido común; son míos el entendimiento y el poder.
15. Por mí reinan los reyes y los gobernantes dictan leyes justas.