6. —Si eres el Hijo de Dios —le dijo—, tírate desde aquí. Las Escrituras dicen que Dios enviará a sus ángeles a cuidarte, y ni siquiera te tropezarás con las rocas.
7. —Pero las Escrituras también dicen: “No pongas a prueba a tu Dios” —le respondió Jesús.
8. Finalmente el diablo lo llevó a la cima de una alta montaña y le mostró las naciones del mundo y la gloria que hay en ellas.
9. —Todo esto te lo daré si de rodillas me adoras —le dijo.
10. —¡Vete de aquí, Satanás! —le respondió Jesús—. Las Escrituras dicen: “Sólo al Señor tu Dios adorarás, y solamente a él le obedecerás”.
11. El diablo se fue, y ¡los ángeles llegaron a atender a Jesús!
12. Cuando Jesús oyó que habían encarcelado a Juan, regresó a Galilea.
13. Pero no mucho después dejó Nazaret y se trasladó a Capernaum, junto al lago, en la región de Zabulón y Neftalí.
14. Así se cumplió la profecía de Isaías:
15. «Tierra de Zabulón y Neftalí, que estás en el camino al mar, al otro lado del Jordán, Galilea, donde tantos extranjeros habitan:
16. El pueblo que estaba en tinieblas vio una gran luz y al pueblo que andaba en regiones de sombra de muerte le resplandeció la luz».
17. Y desde aquel mismo instante Jesús comenzó a predicar:«Arrepiéntanse de sus pecados porque el reino de los cielos se ha acercado».
18. Un día, caminando Jesús a orillas del lago de Galilea, vio a dos pescadores que tiraban la red al agua. Eran Simón, mejor conocido por Pedro, y Andrés, su hermano.
19. «Síganme y los convertiré en pescadores de hombres» —les dijo Jesús.
20. Inmediatamente dejaron la red y lo siguieron.
21. Un poco más adelante vio a otros dos hermanos, Jacobo y Juan, que estaban sentados en una barca, con Zebedeo su padre, y remendaban las redes. Cuando Jesús los llamó,