Mateo 26:52-61 Nueva Biblia al Día (NBD)

52. —¡Guarda esa espada! —le ordenó Jesús—. El que mata a espada, a espada perecerá.

53. ¿No sabes que podría pedirle a mi Padre que me enviara doce mil ángeles y me los enviaría al instante?

54. Pero si lo hiciera, ¿cómo se cumplirían las Escrituras que describen lo que ahora mismo está aconteciendo?

55. Luego dijo a la turba:—¿Soy acaso un asesino tan peligroso que tienen que venir con espadas y palos a arrestarme? Todos estos días he estado enseñando en el templo y no me detuvieron.

56. Pero esto sucede para que se cumplan las predicciones de los profetas en las Escrituras.Los discípulos huyeron y lo dejaron solo.

57. Condujeron a Jesús a casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde se encontraban reunidos los jefes judíos.

58. Pedro lo siguió de lejos, llegó hasta el patio del sumo sacerdote y se sentó entre los soldados a esperar el desarrollo de los acontecimientos.

59. Los principales sacerdotes y la corte suprema judía, reunidos allí, se pusieron a buscar falsos testigos que les permitieran formular cargos contra Jesús que merecieran pena de muerte.

60. Pero aunque muchos ofrecieron sus falsos testimonios, éstos siempre resultaban contradictorios. Finalmente, dos individuos

61. declararon:—Este hombre dijo que era capaz de destruir el templo de Dios y reconstruirlo en tres días.

Mateo 26