22. Entonces el rey le contestó: “Eres un empleado malo. Con tus mismas palabras te voy a juzgar. Si sabías que soy muy exigente, que recojo lo que no deposité y cosecho lo que no sembré,
23. ¿por qué no depositaste mi dinero en el banco, para que cuando yo regresara ganara los intereses?”
24. Entonces, les dijo a los que estaban allí: “Quítenle el dinero y dénselo al que ganó diez veces más”.
25. Pero, ellos le dijeron: “Señor, pero si él ya tiene diez veces más”.