24. —Traten de entrar por la puerta angosta, porque muchos tratarán de entrar y no podrán.
25. Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, ustedes se pondrán a golpearla, y gritarán: ”Señor, ábrenos”. Pero él les contestará: “No sé quiénes son ustedes”.
26. Y ustedes dirán: “Comimos y bebimos contigo, y tú enseñaste en nuestras calles”.
27. Pero él les contestará: “Ya les dije que no sé quiénes son ustedes. ¡Apártense de mí, malhechores!”