28. Y el SEÑOR le dijo a Moisés
29. que les dijera a los israelitas: «Cualquiera que traiga una ofrenda de acción de gracias al SEÑOR, deberá traerla personalmente.
30. Traerá como ofrenda la grasa y el pecho, lo cual será mecido delante del altar.
31. Luego el sacerdote quemará la grasa sobre el altar. El pecho pertenecerá a Aarón y a sus hijos.
32-33. El muslo derecho se dará como contribución para el sacerdote que oficia,
34. porque he destinado el pecho y el muslo como donación del pueblo de Israel para los hijos de Aarón. A Aarón y a sus hijos debe dárseles siempre esta porción del sacrificio».
35. De las ofrendas que se queman en honor al SEÑOR, esta es la porción que les corresponde a Aarón y a sus hijos. Así ha sido desde el día que Moisés consagró como sacerdotes del SEÑOR a Aarón y a sus hijos.
36. El día que Dios los ungió, ordenó que el pueblo de Israel les diera estas porciones. Es lo que les corresponde para siempre, a través de todas las generaciones.