Jueces 7:1-13 Nueva Biblia al Día (NBD)

1. Jerobaal (esto es, Gedeón, su otro nombre) y su ejército se levantaron temprano y avanzaron hasta los manantiales de Arod. Los ejércitos de Madián estaban acampados al norte de ellos, en el valle cerca de la colina de More.

2. Jehová le dijo a Gedeón:—Los que están contigo son muchos. No puedo permitir que todos se enfrenten a los madianitas, porque entonces el pueblo de Israel se jactará delante de mí de que se han salvado por su propia fortaleza.

3. Haz que todos los que tengan miedo y tiemblen vuelvan a sus casas.Veintidós mil se fueron. Solamente se quedaron diez mil.

4. Pero Jehová le dijo a Gedeón:—Todavía son demasiados. Llévalos al manantial y yo te mostraré cuales irán y cuales no.

5. Gedeón los reunió junto a las aguas. Allí Jehová le dijo:—Divídelos en dos grupos según la forma en que beban. En el primer grupo estarán todos los que tomen el agua en sus manos y se la lleven a la boca y la laman como los perros. En el segundo grupo estarán los que se arrodillen y beban poniendo sus bocas en la corriente.

6. Solamente trescientos hombres bebieron de sus manos. Todos los demás pusieron la boca en el arroyo.

7. —Yo venceré a los madianitas con estos trescientos hombres —dijo Jehová a Gedeón—; envía a los demás a sus casas.

10. Sin embargo, si tienes miedo, primero desciende solo al campamento y lleva contigo a tu siervo Fura si quieres

11. y escucha lo que están diciendo allí. Te sentirás muy envalentonado y tendrás deseos de atacar.Entonces fue con Fura y se arrastró por la oscuridad hasta las posiciones del enemigo.

12. Los vastos ejércitos de Madián, Amalec y otras naciones del oriente que se les habían unido estaban esparcidos a través del valle, numerosos como langostas, como la arena de la playa, y tenían tantos camellos que era difícil de contar.

13. Gedeón se arrastró hasta una de las tiendas, justo en el momento en que el hombre que dormía adentro había despertado de una pesadilla y se la contaba a su compañero de tienda.—Tuve un sueño extraño —le estaba diciendo—. Había un gran pan de cebada que vino rodando contra nuestro campamento. Golpeó sobre nuestra tienda y la derribó.

Jueces 7