14. Entonces Jehová se volvió hacia él y le dijo:—Yo te fortaleceré. Vé y salva a Israel de los madianitas; yo te envío.
15. —Señor —repuso Gedeón—, ¿cómo puedo yo salvar a Israel? Mi familia es la más pobre de la tribu de Manasés y yo soy el menor de ella.
16. Pero Jehová le dijo:—Yo, Jehová, estaré contigo. Tú destruirás rápidamente las hordas madianitas.
17. —Si es cierto que vas a ayudarme de esa manera —dijo Gedeón—, haz un milagro, para probarlo; pruébame que es realmente Jehová quien me está hablando.
18. Pero, espera hasta que yo vaya a buscar un presente para ti.—Bien —respondió el Ángel—, me quedaré aquí hasta tu regreso.
19. Gedeón entró apresuradamente en la casa, asó un cabrito y preparó pan sin levadura, con veinticuatro litros de harina. Luego tomó la carne en un canasto y el caldo en una olla, y lo llevó al Ángel que estaba bajo la encina y se lo entregó.
20. El Ángel le dijo:—Coloca la carne y el pan sobre esta roca y vierte sobre ellos el caldo.Cuando Gedeón terminó de hacer lo ordenado,
21. el Ángel tocó la carne y el pan con su vara, y surgió fuego de la roca y los consumió. De pronto, el Ángel desapareció.
22. Cuando Gedeón comprendió que realmente había sido el Ángel de Jehová gritó:—¡Ay, Señor Jehová, he visto a tu Ángel cara a cara!
23. —Es cierto —respondió Jehová—. Pero no tengas miedo. No morirás.
24. Gedeón edificó allí un altar y lo llamó Jehová Salom. (Altar de paz con Jehová). El altar está en Ofra, en la tierra de los abiezeritas.