2-3. —Di a los doce hombres escogidos de cada tribu que cada uno tome una piedra del lugar donde están parados los sacerdotes, en medio del Jordán, y la lleve hasta el lugar donde acamparán esta noche, a fin de edificar un monumento que sirva para conmemorar este gran suceso.
10. Los sacerdotes que transportaban el Arca estuvieron en medio del río hasta que se cumplieron todas las órdenes que Jehová le había dado a Josué por medio de Moisés. Mientras tanto, el pueblo había cruzado el río.
11. Cuando todos habían pasado, el pueblo observó a los sacerdotes mientras transportaban el Arca y la sacaban del río.
12-13. Los ejércitos de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés, completamente armados como Moisés había ordenado, formados por cuarenta mil hombres, precedieron a las otras tribus de Jehová en su marcha por las llanuras de Jericó.
14. Fue un día maravilloso para Josué. Jehová lo engrandeció ante los ojos de todo Israel y ellos lo respetaron, de la misma manera que a Moisés, todos los días de su vida,
15. Jehová le dijo entonces a Josué:
16. Diles a los sacerdotes que salgan del Jordán.
17. Josué dio la orden,
18. y en cuanto los sacerdotes salieron del lecho del Jordán el agua comenzó a correr como de costumbre y se desbordaba por las orillas como antes.
19. Este milagro ocurrió el veinticinco de marzo. Ese día Israel cruzó el río Jordán y acampó en Gilgal al costado oriente de la ciudad de Jericó;
20. y allí se levantó el monumento con las doce piedras del río Jordán.
21. Josué explicó nuevamente el propósito de las piedras:—En el futuro, cuando sus descendientes pregunten por qué están aquí estas piedras y qué significan,