Jeremías 9:9-23 Nueva Biblia al Día (NBD)

9. ¿No habré de castigarlos por toda esta situación?, pregunta el SEÑOR, ¿no habré de corregir con toda autoridad a este pueblo?

10. Entonces se soltarán llorando por todos lados, hasta en los lugares desiertos, porque hay mucha desgracia, muerte de gente, de aves y ganados.

11. Convertiré a Jerusalén en un montón de casas ruinosas, en guarida de chacales. Ciudades fantasmas serán las de Judá, sin nadie que habite en ellas.

12. ¿Quién tiene suficiente inteligencia para entender todo esto? ¿Dónde está el mensajero del SEÑOR que pueda explicar lo que pasó? ¿Por qué está tan desolado el país, al punto de que nadie se atreve a viajar por él?

13. La razón es que mi pueblo ha ignorado mis instrucciones y no ha obedecido lo que le mandé, responde el SEÑOR.

14. Lejos de eso, han hecho cuanto les ha dado la gana y han adorado ídolos como ese mentado Baal, como les enseñaron sus antepasados.

15. Por tanto, esto es lo que dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: Miren, yo les daré a comer amargura y a beber veneno.

16. Los esparciré por la superficie de la tierra para que sean extranjeros en tierras lejanas; y aun allá los perseguirán los enemigos con sus espadas desenvainadas hasta que hayan acabado con los israelitas por completo.

19. Escuchen a Jerusalén llorando desesperada: «¡Estamos arruinados! ¡Nos ha sobrevenido el desastre! ¡Tenemos que abandonar nuestra patria y nuestros hogares!»

20. ¡Escuchen, oh mujeres llorosas, las palabras del SEÑOR! Enséñenles a gemir a sus hijas y vecinas, enséñenles los cantos funerarios porque los van a necesitar.

21. Porque traicioneramente la muerte se ha metido por la ventana en sus hogares, ha quitado la vida a la flor de su juventud. Ya no hay niños y niñas jugando en las calles, ya no hay jóvenes que se reúnan en las plazas.

22. Diles esto, dice el SEÑOR: Los cadáveres serán esparcidos por los campos como si fueran estiércol, como se hace con las gavillas tras la siega, y nadie los sepultará.

23. El SEÑOR dice: No se enorgullezca el sabio en su sabiduría, ni el poderoso en su poder, ni el rico en su riqueza.

Jeremías 9