4. Entonces, sollozando, los pueblos de Israel y Judá se reunirán y buscarán al SEÑOR su Dios.
5. Preguntarán cuál es el camino a Sión y emprenderán el regreso. «Vamos», dirán, «unámonos al SEÑOR en compromiso eterno que jamás volverá a ser quebrantado».
6. Como ovejas perdidas ha sido el pueblo mío. Sus pastores lo desviaron y abandonaron luego en los montes. Los israelitas se extraviaron y no supieron cómo volver al redil.
7. Quienes los encontraban los devoraban, diciendo: «Tenemos permiso para atacarlos a nuestro antojo, porque han pecado contra el SEÑOR, el Dios de justicia, la esperanza de sus antepasados».
8. Pero ahora, escapen de Babilonia, tierra de los caldeos; lleven a mi pueblo de regreso a su patria con la misma decisión que los machos cabríos guían a sus grupos.
9. ¡Pues miren que yo levanto un ejército de naciones poderosas del norte y las lanzo al ataque contra Babilonia, la cual será destruida! ¡Las flechas enemigas dan en el blanco, no fallan!
10. Y Babilonia será saqueada hasta que todo el mundo quede satisfecho del botín, dice el SEÑOR.
11. ¡Estuvieron alegres, caldeos, despojadores de mi pueblo, y están gordos como vacas que pastan en jugosos prados, y relinchan como caballos alegres!
12. ¡Pero su madre será abrumada de vergüenza, porque se convertirá en la nación más despreciable: en desierto, en tierra seca y estéril!
13. Por la cólera del SEÑOR Babilonia se convertirá en un paraje desierto, y cuantos por allí pasen se quedarán con la boca abierta y harán burla de todas sus heridas.
14. ¡Sí, alístense para la batalla contra Babilonia todas las naciones del entorno! Disparen contra ella los arqueros; no economicen flechas, porque ha pecado contra el SEÑOR.