26. Entonces el rey ordenó a Jeramel, su hijo, a Seraías, hijo de Azriel, y a Selemías, hijo de Abdel, que detuvieran a Baruc y a Jeremías. Pero el SEÑOR los ocultó.
27. Después que el rey quemó el rollo, el SEÑOR le dijo a Jeremías:
28. Consigue otro rollo y escribe todo de nuevo igual que hiciste primero,
29. y dile esto al rey: El SEÑOR dice: Tú quemaste el rollo porque decía que el rey de Babilonia destruiría esta tierra y cuanto en ella hay.
30. Y ahora el SEÑOR añade esto respecto a ti, Joacim, rey de Judá: Éste no tendrá un heredero que ocupe el trono de David. Su cadáver será dejado sin sepultar a la intemperie, expuesto al ardiente sol y a las heladas noches,