Isaías 45:9-22 Nueva Biblia al Día (NBD)

9. ¡Ay del ser humano que lucha contra su Creador! ¿Acaso discute la vasija con su hacedor? ¿Disputa la arcilla con quien le da forma, diciéndole: «¡Alto, te has equivocado!»? ¿O exclama la vasija: «¡Qué torpe eres!»?

10. ¡Ay del recién nacido que les grita a su padre y a su madre!: «¿Por qué me han engendrado? ¿No saben hacer bien nada?»

11. El SEÑOR, el Santo de Israel, el Creador de Israel, dice: ¿Quién eres tú para darme órdenes respecto de la obra de mis manos?

12. Yo hice la tierra y creé al ser humano en ella. Con mis propias manos extendí el cielo y ordené las incontables miríadas de estrellas.

13. Yo levanté a Ciro para que cumpla mi justo propósito, y yo dirigiré todas sus sendas. Él restaurará mi ciudad y librará a mi pueblo cautivo, y no lo hará por recompensa.

14. El SEÑOR dice: Los egipcios, etíopes y sabeos estarán sujetos a ti. Acudirán a ti con todas sus mercancías, las cuales te pertenecerán. Irán tras ti como prisioneros en cadenas y se postrarán de rodillas ante ti diciendo: «¡El único Dios que hay, es tu Dios!»

15. Ciertamente, oh Dios de Israel, Salvador, te manifiestas en formas misteriosas y extrañas.

16. Todos los que adoran ídolos se verán desengañados y avergonzados,

17. pero Israel será salvado por el SEÑOR con eterna salvación; jamás sufrirán desengaño de su Dios por toda la eternidad.

18. Porque el SEÑOR creó el cielo y la tierra y lo puso todo en su sitio, e hizo el mundo para que fuera habitado, y no un caos vacío. Yo soy el SEÑOR, dice él, y no hay otro.

19. Nunca hablo en secreto, ni murmuro palabras en algún rincón oscuro. ¡No le dije a Israel que me pidiera lo que no pensaba darle! ¡No, porque yo, el SEÑOR, hablo solamente verdad y justicia!

20. Reúnanse y vengan, naciones que escapan de la mano de Ciro. ¡Qué insensatos son los que andan con ídolos de madera y oran a dioses que no pueden salvar!

21. Consulten entre ustedes, argumenten su causa. ¿Quién sino Dios dijo que todo esto se cumpliría? Porque no hay Dios sino yo, Dios justo y Salvador. No, ¡no hay ni uno!

22. Alce a mí los ojos el mundo entero en busca de salvación, porque yo soy Dios, y no hay otro.

Isaías 45