29. Él da fuerzas al cansado y extenuado, y vigor al débil.
30. Hasta los jóvenes quedan sin aliento y los muchachos se dan por vencidos.
31. Pero los que esperan en el SEÑOR renovarán sus fuerzas: emprenderán vuelo como si tuvieran alas de águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no desfallecerán.