Hechos 16:24-34 Nueva Biblia al Día (NBD)

24. El carcelero, entonces, además de encerrarlos en el calabozo de más adentro, les aprisionó los pies en el cepo.

25. Era ya media noche. Pablo y Silas todavía estaban orando y cantando himnos al Señor. Los demás prisioneros escuchaban.

26. De pronto, un gran terremoto sacudió los cimientos de la cárcel y las puertas se abrieron y las cadenas de todos los presos se soltaron.

27. El carcelero, al despertar y al ver las puertas abiertas, creyó que los prisioneros habían escapado y sacó la espada para matarse.

28. —¡No te hagas ningún daño! —le gritó Pablo—. ¡Todos estamos aquí!

29. Temblando de miedo, el carcelero ordenó que trajeran luz, corrió al calabozo y se puso de rodillas ante Pablo y Silas.

30. —Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme? —les preguntó suplicante, después de sacarlos de allí.

31. —Cree en el Señor Jesucristo y serán salvos tú y tu familia —le respondieron.

32. Entonces le contaron delante de sus familiares las buenas noticias del Señor.

33. Y en aquella misma hora, el carcelero les lavó las heridas y se bautizó junto con los demás miembros de su familia.

34. Después prepararon un banquete y el carcelero rebosaba de gozo, al igual que sus familiares, porque ya todos creían en Dios.

Hechos 16