2. Cuando estaba por acabárseles el trigo que habían comprado en Egipto, Jacob les dijo a sus hijos:—Vayan nuevamente y compren más alimento.
3-5. Pero Judá le dijo:—Aquel hombre no estaba bromeando cuando dijo: «No regresen, a menos que su hermano venga con ustedes». Así que no podemos ir, a menos que dejes que Benjamín vaya con nosotros.
6. —¿Por qué tuvieron que decirle que tenían otro hermano? —se quejó Israel—. ¿Por qué tenían que hacerme esto?
7. —Porque aquel hombre nos preguntó específicamente por nuestra familia —respondieron—. Quería saber si nuestro padre todavía vivía y nos preguntó si teníamos otro hermano. Por eso se lo dijimos. ¿Cómo íbamos a saber nosotros que nos iba a decir: “Traigan a su hermano”?
8. Judá le dijo a su padre:—Envía al muchacho bajo mi cuidado, y podremos ponernos en camino. De otro modo nos moriremos todos de hambre, y no sólo nosotros, sino todos nuestros hijos.
9. Yo garantizo su seguridad. Si no te lo traigo al regresar, yo llevaré para siempre la culpa delante de ti.
21-22. al volver a nuestra tierra, nos detuvimos en un lugar a pasar la noche, abrimos nuestros costales y encontramos el dinero que habíamos pagado por el trigo. Aquí está; lo trajimos para devolverlo, además del dinero necesario para comprar más alimento. ¡No tenemos idea de cómo llegó el dinero a nuestros costales!