Génesis 41:41-42-49 Nueva Biblia al Día (NBD)

5. Cuando volvió a dormirse tuvo un segundo sueño. Esta vez vio siete espigas de trigo que crecían de una misma caña. Eran gruesas y estaban llenas de grano,

6. De repente, de la caña salieron otras siete espigas, pero éstas eran delgadas y estaban vacías y las marchitaba el viento que venía del desierto.

7. Y estas siete espigas delgadas devoraron a las siete espigas gruesas y llenas.Cuando el faraón despertó nuevamente se dio cuenta de que todo había sido un sueño.

8. Al día siguiente, al acordarse de los sueños se sintió bastante preocupado por lo que pudieran significar. Así que llamó a todos los magos y sabios de Egipto, y les contó los sueños. Pero ninguno pudo ni siquiera dar una idea de lo que significaban.

9. Entonces el jefe de los coperos le dijo al faraón:—Hoy recuerdo mi falta.

41-42. Entonces el faraón colocó en el dedo de José el anillo con el sello real, como señal de su autoridad, lo vistió con ropas muy finas y le puso la cadena real de oro en el cuello, y proclamó:—¡Mira que hoy te pongo a cargo de toda la tierra de Egipto!

43. Además el faraón le dio a José la segunda carroza real, y por dondequiera que iba pregonaban delante de él:—¡Doblen las rodillas!

44. El faraón entonces le dijo a José:—Yo, el faraón de Egipto, declaro que tendrás completa autoridad sobre toda la tierra de Egipto, de modo que nadie podrá hacer algo sin tu permiso.

45. El faraón le cambió el nombre a José por el de Zafenat Panea. Además, le dio por esposa a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de Heliópolis. Fue así como José quedó a cargo de Egipto.

46. Tenía treinta años cuando entró al servicio del faraón.José salió de la presencia del faraón, y comenzó a recorrer todo Egipto.

47. Tal como lo había predicho José, llegaron los siete años de abundancia. Durante esos años la tierra produjo cosechas abundantes.

48. Durante aquellos años José compró para el gobierno una porción de todas las cosechas obtenidas a través de Egipto y la almacenó en las ciudades cercanas.

49. De este modo José logró amontonar tanto trigo, que nadie podía calcular la cantidad que había, pues era como la arena del mar.

Génesis 41