1. Al tiempo, Jacob se enteró de que los hijos de Labán estaban diciendo: «Jacob se ha ido quedando con todo lo que era de nuestro padre, y por eso se ha hecho rico».
2. Pronto Jacob percibió un considerable cambio en la actitud de Labán hacia él.
3. Entonces el SEÑOR le habló a Jacob y le dijo: «Regresa a la tierra de tus padres y de tus parientes, y yo estaré contigo».
4. Un día Jacob mandó a buscar a Raquel y a Lea para que fueran a verlo al campo donde estaba con sus rebaños, pues quería hablar de esto con ellas. Jacob les dijo:
5. —Su padre ya no me trata como antes, ¡pero el Dios de mi padre siempre ha estado conmigo!
6. Ustedes saben cuánto he trabajado para Labán,
7. pero él ha buscado la manera de engañarme, y ha violado una y otra vez el contrato de salario que tiene conmigo. Pero Dios no ha permitido que me haga daño.
8. Si él decía que las ovejas manchadas serían mías, entonces todo el ganado comenzaba a salir pinto. Pero después él cambiaba y decía que serían míos los animales que nacieran rayados, y entonces todos los corderos nacían rayados.
9. De esta manera Dios me ha enriquecido a expensas del padre de ustedes.
10. »En el tiempo en que los animales estaban en celo tuve un sueño. En ese sueño veía que los chivos que se unían a las cabras eran manchados, rayados o moteados.
11. Entonces, en el sueño, el ángel de Dios me llamó por mi nombre, y yo le contesté: «Aquí estoy».
12-13. Entonces él me dijo: «Levanta la vista y observa que los machos que se unen a las hembras son manchados, rayados o moteados, porque estoy al tanto de lo que Labán te ha hecho. Yo soy el Dios que conociste en Betel, el lugar donde ungiste la piedra e hiciste voto de servirme. Deja ahora este país y vete a la tierra de tu nacimiento».
14. Raquel y Lea contestaron:—¡Estamos de acuerdo! Aquí no tenemos nada, pues no vamos a recibir ninguna herencia de parte de nuestro padre.
15. Él nos ha tratado como extranjeras. Nos vendió, y lo que recibió por nosotras ya lo gastó.
16. Así que las riquezas que Dios te dio a expensas de nuestro padre, son legalmente nuestras y de nuestros hijos. Sigue adelante, y haz lo que Dios te dijo.