14. Pero preferí no hacerlo sin tu consentimiento, pues no me gustan los favores forzados.
15. Quizás Onésimo huyó de ti precisamente para que lo recuperaras para siempre,
16. y ya no como esclavo sino como algo mucho mejor: como hermano amado. Para mí, él es muy especial. Ahora tienes razón para apreciarlo mucho más, no sólo como persona sino también como tu hermano en el Señor.
17. Si de veras me consideras tu amigo, recíbelo con el mismo afecto con que me recibirías a mí.
18. Si te hizo algún mal o si te robó algo, cárgalo a mi cuenta.