2. El Espíritu me dijo: «Hombre mortal, estos son los hombres responsables de tanta maldad por todo el consejo perverso que se está dando en esta ciudad, pues ellos dicen al pueblo:
3. “Ahora es el tiempo de reconstruir Jerusalén, pues nuestra ciudad es tan segura como un escudo de hierro y nos protegerá de todo mal”.
4. Por lo tanto, hombre mortal, profetiza contra ellos con voz fuerte y clara».