3. junto con sus dos hijos, Guersón, que significa extranjero, porque Moisés había dicho cuando nació: «He estado peregrinando en tierra extranjera»,
4. y Eliezer, que significa ayuda, porque Moisés había dicho cuando nació: «El Dios de mi padre fue quien me ayudó, y me libró de la espada del faraón».
7. Moisés salió a recibir a su suegro con mucho cariño. Se preguntaron sobre la salud de uno y otro, y luego entraron en la tienda de Moisés, para seguir conversando.
8. Moisés le contó a su suegro todo lo que había estado ocurriendo, y lo que el SEÑOR les había hecho al faraón y a los egipcios, para librar a Israel. También le contó todos los problemas que habían tenido en el camino, y la forma en que el SEÑOR había librado a su pueblo de todos ellos.
9. Jetro se sintió muy feliz con todo lo que el SEÑOR estaba haciendo por Israel, y de que los hubiera sacado de Egipto.
10. Y exclamó: «¡Bendito sea el SEÑOR, porque te ha salvado de los egipcios y del faraón, y ha rescatado a Israel!
11. Yo sé que el SEÑOR es mayor que cualquier otro dios, porque libró a su pueblo de la soberbia y de la crueldad de los egipcios».
12. Luego, Jetro ofreció sacrificios a Dios. Aarón y los líderes de Israel fueron a ver a Jetro, y todos juntos comieron del sacrificio delante de Dios.
13. Al día siguiente, como de costumbre, Moisés se sentó desde la mañana hasta la tarde a escuchar los problemas que la gente venía a contarle. Mientras Moisés atendía a unos, los demás permanecían de pie.
14. Cuando Jetro vio la manera como Moisés atendía al pueblo, le dijo:—¿Por qué estás tratando de hacer todo esto tú solo, y la gente tiene que estar parada todo el día esperando a que la atiendas?
17. —No está bien —le dijo su suegro—.
18. Te vas a agotar, y entonces ¿qué le ocurrirá a tu pueblo? Esto es demasiado trabajo para tratar de llevarlo tú solo.
21. »Busca a algunos hombres capaces, piadosos y honestos, que odien el soborno, y desígnalos como jueces. Nombra un juez para cada mil personas. Y él, a su vez, tendrá a su cargo diez jueces; y cada uno de éstos estará a cargo de cien personas. Bajo cada uno de los jueces de cien habrá dos jueces, cada uno a cargo de cincuenta personas. Y cada uno de estos tendrá cinco jueces a su cargo, uno para cada diez personas.
22. Deja que estos hombres se encarguen de administrar justicia. Cualquier cosa que sea muy importante o complicada, pueden traértela a ti. Pero en los asuntos menores, ellos pueden decidir por sí mismos. De este modo será todo más fácil para ti, porque tú compartirás la carga con ellos.
23. Si sigues mi consejo, y si al SEÑOR le parece bien, podrás soportar todas las presiones, y habrá paz y armonía en el campamento».