2-4. Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, Benjamín, Dan, Neftalí, Gad y Aser.
17. Pero las parteras tenían temor de Dios y desobedecieron al faraón, pues permitían que los niños vivieran.
18. El faraón las citó para que se presentaran delante de él, y les preguntó:—¿Por qué me han desobedecido y han dejado vivir a los niños?
19. —Señor —dijeron ellas—, las mujeres hebreas no son como las egipcias, son tan vigorosas que dan a luz antes de que nosotras lleguemos.
20. Dios bendijo a las parteras por haber favorecido a su pueblo. Así que los israelitas siguieron multiplicándose, hasta llegar a ser una nación poderosa.
21. Y como las parteras tuvieron temor de Dios, él les permitió tener muchos hijos.
22. Entonces el faraón ordenó a su pueblo que echaran al río Nilo a todo niño hebreo que naciera, pero que a las niñas las dejaran con vida.