5. Quienes le obedecen no serán castigados. El sabio hallará tiempo y forma de cumplir lo que ordena.
8. Nadie puede impedir que se le escape el espíritu; nadie tiene poder para evitar el día de la muerte, pues no hay licencia que libre de esa obligación y de esa negra batalla. Y desde luego, la maldad del ser humano no le ayudará entonces.
11. Como Dios no castiga instantáneamente a los pecadores, la gente cree que puede hacer el mal impunemente.
12. Pero aunque el ser humano peque cien veces y continúe viviendo, sé que le irá mejor a quien teme a Dios y le guarda reverencia.
13. En cambio, los malos, no tendrán larga y próspera vida: sus días serán tan efímeros como sombras, porque no temen a Dios.