27. «Porque sé que ustedes son un pueblo rebelde y obstinado —dijo Moisés—. Si aun hoy, mientras todavía estoy con ustedes, se rebelan contra el SEÑOR, cuánto más rebeldes serán después de mi muerte.
28. Hagan venir ahora a los ancianos y a los jefes de las tribus para que pueda hablarles, y pueda invocar a los cielos y a la tierra como testigos contra ellos.
29. Yo sé que después de mi muerte, ustedes se corromperán y se apartarán del SEÑOR y de sus mandamientos, y en los días venideros el mal los aplastará porque harán lo que el SEÑOR dijo que era malo, y la ira del SEÑOR se encenderá».
30. Entonces Moisés recitó el siguiente cántico ante todo el pueblo de Israel: