1. »Cuando te hayan ocurrido todas estas cosas —las bendiciones y las maldiciones que te he enumerado—, meditarás acerca de ellas en las naciones a donde el SEÑOR tu Dios te habrá desterrado.
2. Si entonces quisieras volverte al SEÑOR tu Dios, y tú y tus hijos comenzaran de todo corazón a obedecer los mandamientos que te he dado en este día,
3. el SEÑOR tu Dios te rescatará del cautiverio. Él tendrá misericordia de ti y te recogerá de todas las naciones donde te haya esparcido.
4. Aun cuando estés en el extremo de la tierra, él irá y te buscará para traerte de regreso
5. a la tierra de tus antepasados. Poseerás nuevamente la tierra y él te hará bien y te multiplicará aun más que a tus antepasados.
6. Dios limpiará tu corazón y el de los hijos de tus hijos, para que ames al SEÑOR tu Dios con toda tu mente y con todo tu ser, e Israel vivirá nuevamente.
7-8. »Si te vuelves al SEÑOR y obedeces todos los mandamientos que te he dado hoy, el SEÑOR tu Dios retirará sus maldiciones y las lanzará contra tus enemigos, y contra los que te odian y persiguen.
10. Él se alegrará con tu obediencia si sigues los mandamientos escritos en este libro de la ley y si te vuelves al SEÑOR tu Dios con toda tu mente y con todo tu ser.
11. Estos mandamientos no están fuera de tu alcance ni son superiores a tus fuerzas como para que no los obedezcas;
12. porque estas leyes no están en los lejanos cielos, tan distantes que no puedas oírlas y obedecerlas y no haya nadie que pueda traerlas a ti en la tierra;
13. ni están más allá del océano, tan lejos que nadie pueda hacerte oír su mensaje.
14. Están muy cerca de ti, en tu memoria y en tus labios, para que puedas obedecerlas.
15. »Mira, yo he puesto en este día delante de ti la vida y la muerte; todo depende de tu obediencia o de tu desobediencia.
16. Hoy te he dado el mandamiento de que ames al SEÑOR tu Dios y andes en todos sus caminos, y guardes todas sus leyes, para que puedas vivir y llegar a ser una nación grande. Así, el SEÑOR tu Dios te bendecirá a ti y a la tierra que vas a poseer.
17. Pero si tu corazón se aparta y no quieres oír, y te dejas arrastrar a la idolatría,
18. declaro en este día que ciertamente perecerás. No tendrás una vida larga y buena en la tierra que entras a poseer.
19. »Invoco a los cielos y a la tierra por testigos de que he puesto delante de ti la vida o la muerte, la bendición o la maldición. ¡Ojalá optases por la vida para que tú y tus hijos puedan vivir!
20. Ama al SEÑOR tu Dios, obedécele y aférrate a él, porque él es vida para ti y prolongación de tus días. Así podrás vivir con seguridad en la tierra que el SEÑOR prometió a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob».