1. Algún tiempo después, Absalón compró un magnífico carro de guerra y caballos; además, contrató a cincuenta hombres para que fueran su escolta personal.
2. Se levantaba temprano cada mañana y se paraba en la puerta de la ciudad. Cuando alguien traía un caso para que el rey lo juzgara, Absalón lo llamaba y se mostraba interesado en su problema.
3. Entonces decía:—Veo que tienes razón en este asunto. Es desafortunado que el rey no tenga a alguien que le ayude para atender estos casos.
4. Ciertamente me gustaría ser el juez; así cualquiera que tuviera un caso vendría a mí, y yo le haría justicia.
5. Y cuando alguien iba a saludarlo y se inclinaba delante de él, Absalón le tendía la mano, lo abrazaba y lo besaba.
6. De esta manera Absalón iba conquistando el corazón de todo el pueblo de Israel.
9. —Muy bien —le dijo el rey—, anda y cumple tu voto.Absalón se fue a Hebrón.
10. Pero mientras estaba allí envió mensajeros a todas las tribus de Israel con el siguiente mensaje: «En cuanto oigan el toque de las trompetas, digan que Absalón ha sido coronado como rey en Hebrón».